Capablanca y el talento ajedrecístico


El Gran Campeón Capablanca sostuvo en alguna ocasión, que el estudio de la teoría ajedrecística permite al aprendiz prosperar en la calidad y fuerza de su juego hasta cierto punto; superar este grado de fuerza no es posible, según él, por cuanto ello no depende ya del estudio, sino, de la capacidad con que la naturaleza ha dotado a cada cual.

Proponía entonces el Gran Campeón que, la naturaleza otorga a algunos ‘elegidos’ un ‘talento natural’, un ‘don’ para la ciencia ajedrecística -como fue el caso de sí mismo, quien según la leyenda, descubrió saber jugar ajedrez al observar una partida entre su padre y su hermano, contando tan solo con cuatro años de edad-. El postulado del Legendario Capablanca no es sin embargo nuevo, desde los albores de la civilización el hombre ha reconocido que, cada individuo nace dotado de mayores capacidades que los demás para alguna habilidad específica -algunos de manera sublime lo que, seguramente les conduce a la apoteosis de la historia-.



¿Estamos entonces condenados por la naturaleza a no alcanzar nuestras expectativas en el camino de la Maestría Ajedrecística? ¡Pues no!, el propósito del Sistema E.MAX es precisamente lograr una reestructuración física y lógica de nuestro cerebro que emule ese ‘don natural para el ajedrez’, el sistema E.MAX no consiste entonces, en un tradicional tratado que de una u otra forma, con mayor o menor profundidad, presenta los principios de la teoría ajedrecística. E.MAX desarrolla el ‘talento ajedrecista’ a través de diferentes métodos como, la hipnopedia para el estudio de partidas, la aplicación de un ‘software mental’ para jugar ajedrez, el conocimiento de las Estrategias de Trabajo Intelectual (ETI’s) para ser aplicadas durante un encuentro, entre otros, permitiéndonos de este modo avanzar sin limitaciones en nuestras metas ajedrecísticas.